Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

And i'll love you for a thousand more parte II.

No habían pasado dos segundos desde que abrió la puerta cuando una mujer salta a los brazos de ambos y los saluda con alegría. Jungkook parpadeó confundido, y se quedó estático cuando la señora Park los abraza.

—¡Sean bienvenidos! Por favor pasen, estuve esperando este momento desde hace mucho tiempo —la mujer de tiernas arrugas y canas brillantes sonríe—. ¿Eres el alfa de mi Jimin, verdad? —pregunta, mirando directamente al castaño, y este no le queda de otra que asentir tímidamente—. ¡Oh! Pero que guapo eres, yo sabía que mi niño buscaría un alfa de buen parecer y corazón cálido. Agradezco a Dios por haberte puesto en su camino y haberle dado esta preciosa familia, mi Jimin merece lo mejor, acabas de encontrar a un buen omega, muchachito —solloza.

—Ay mamá, ya basta... no es para tanto, me estás avergonzando —cierra la puerta, y le dedica una mirada apenada cuando nota la risa indiscreta de su alfa.

La mujer secó las lágrimas que quedaron en el rabillo del ojo y sonrió, mirándolos con amor.

—¡Nada de que avergonzarse! Pensé que nunca más volvería a verte con un alfa, Jimin, pero me alegra tanto que hayas encontrado a tu destinado —junta sus manos—. Como desearía que tu padre estuviera aquí y presenciara los hermosos cachorros que has hecho con tu alfa, estoy seguro que se arrepentiría de todo lo que te dijo, y los amaría mucho...

Inmediatamente Jimin se tensó al escuchar a su padre en la conversación, hace mucho tiempo había olvidado su recuerdo, y tan solo la mención lo hizo estremecerse.

—Yo jamás hubiera dejado que les pusiera una mano encima, no te equivoques mamá —dijo entre dientes, sintiéndose incómodo.

—Jimin... sé que él en el fondo no lo decía en serio... —comenta su madre con pena. A decir verdad, ella recordaba al señor Park como un alfa admirable que cuidaba a su familia.

Pero por supuesto los recuerdos de Jimin iban a ser diferentes después de tanto dolor qué pasó en sus manos. Jungkook notó esto, y le dedicó una mirada preocupada.

—No tienes que hablar de eso si no quieres, Jimin-ssi. Mejor pasemos la página.

El azabache asintió y disimuladamente trató de limpiar esa lágrima que bajó por su mejilla cuando recordó todas esas memorias desagradables que tuvo con su padre. En algún momento creyó que ni siquiera lo quería por haber nacido como omega, aunque también admitía que hubieron pocos momentos agradables.

Sin esperarlo, justo en ese momento uno de sus bebés despertó y comenzó a llorar con fuerza, casi sintiendo el dolor en el lobo de su mamá, así que Jimin lo arrulló en sus brazos, moviéndolo suavemente para calmarlo. Al menos, solo fue uno, el otro bebé que Jungkook tenía en brazos aún permanecía dormido.

—Déjame llevarlo a la cuna —pidió su madre, refiriéndose al bebé dormido en los brazos ajenos.

Jimin miró al alfa y asintió, permitiéndole que le diera su cachorro a su madre. A veces los alfas podían volverse sobre protectores con los recién nacidos, tanto así que no permitían que nadie más, a excepción del omega y de él mismo, tocara al cachorro, así solo para prevenir le dio el asentimiento.

Jungkook entonces le entregó el bebé a la señora Park, y esta sonrió contenta, mirando al bebé entre sus brazos.

—Mientras yo viva, nunca dejaré que les hagan daño —susurró, besando la cabecita del bebé para posteriormente subir a la habitación.

Jungkook esta vez miró a Jimin, quien había tomado asiento en el sofá más grande para mimar al cachorro, desafortunadamente este seguía llorando sin parar, algo que comenzaba a excavar en sus nervios.

—¿No será que tiene hambre? —pregunta.

—Creo que tienes razón, desde el hospital no han comido nada —concuerda Jimin.

Entonces, desabrocha su camisa de botones (para mejor movilidad cuando tenía que amamantar a los bebés), y deja a la vista uno de sus pechos ya goteantes. La leche salía del pequeño pezón gota a gota, porque cuando no la sacaba en el biberón, esta se acumulaba en sus pechos, provocándole dolor y que saliera en gotas o inclusive en hilos.

El cachorro al oler su alimento, inmediatamente buscó la fuente y se prendió al pequeño pezón de chocolate, haciendo a Jimin suspirar.

Aún no se acostumbraba del todo a esa sensación, en cierta parte era un poco incómodo porque él mismo creía que se debía ver como una vaca lechera, y cuando se lo había dicho a Jungkook, este solo soltó una carcajada y no paró de reír por los próximos quince minutos. Pero ahora que tenía al castaño de frente, mirándolo profundamente mientras le daba de comer al bebé no pensaba que fuese tan gracioso como antes.

—¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así?

—Yo también tengo hambre —Jungkook señala su boca, haciéndolo soltar una carcajada.

—En la cocina hay algo para comer, esto solo es para tus hijos, no empieces.

—No creo que a ellos les moleste compartir —enarca una ceja. Aunque Jimin se lo estaba tomando en broma, el castaño... no tanto.

No entendía si era porque su rut estaba pisándole los talones, pero desde que habían salido del hospital percibía y sentía a Jimin más apetitoso y delicioso que antes, podía distinguir como de sus pechos salía un dulce olor a leche materna, uno que solo hacía despertarle la sed y un deseo enloquecedor de succionar de cada uno de sus pechos, y como si fuese aún mejor (o peor para él), su glándula de olor producía un exquisito aroma que le llamaba a hincarle sus dientes.

Anteriormente, no había podido controlar a su alfa, y este se presentó justamente cuando sus colmillos salieron a relucir, listo para morderlo.

¿Era realmente su celo, o Jimin había cambiado? Ciertamente su cuerpo cambiaba después del parto, su olor se volvía más sensible, esto para que los cachorros pudiesen encontrarlo más rápido y pudieran sentir su presencia. Pero eso también le estaba pasando factura al alfa, quien veía casi con antojo como del pecho contrario salía un hilo de leche y empapaba la camisa.

—Jimin... creo que... mi celo está más cerca de lo que creo.

Como si esto hubiese sido un detonante, el azabache aspiró el aire y se dio cuenta que tenía razón, las feromonas comenzaban a inundar la habitación rápidamente, sintiéndose pesado. Finalmente estaba ahí. ¿Acaso solo necesitó verlo amamantar a su hijo para ponerlo tan caliente?

—Jungkook... no me digas que... —menciona con terror, mirando la mirada afilada del alfa, destellos dorados adornando el iris de sus ojos.

—Lo siento, amor... no puedo controlarlo —menciona, sintiendo su cuerpo acalorado instantáneamente, lo mejor era alejarse—. No quiero... No quiero molestarte con nuestros retoños, aún necesitas descansar y no es una obligación que tomes mi celo —suspira pesadamente, tambaleándose cuando se levanta del sofá—. Iré a tomar una ducha para tratar de bajar mi temperatura, yo... yo trataré de pasar mi rut en algún hotel.

Jimin lo miró con pena, y mordiendo su labio inferior, sentía las feromonas de Jungkook inundar rápidamente toda la sala, eran fuertes y muy atrayentes, tanto que él mismo se sintió mareado. Deseaba ayudarle a su alfa, así como él lo había hecho, pero había algo que debían tomar en cuenta: los cachorros. Quizá su alfa tenía razón, pero en lugar de ser él quien se fuera, debía dejarlo mejor en el departamento, era más seguro.

—Jungkook... es mejor que nosotros nos vayamos. No puedes salir en ese estado, es peligroso —advierte Jimin, mirando al cachorro en sus brazos caer dormido después de alimentarse—. Le diré a mi madre que me ayude con ellos, estaremos bien, te lo prometo.

Jeon no dice nada y solo asiente, casi corriendo a encerrarse al baño. Esto porque el olor de su omega solo lo ponía mal, en el sentido de no tener la capacidad de controlarse. El olor de la leche solo lo provocaba aún mas.

El azabache por otro lado, subió a la habitación donde su madre había dejado al otro cachorro y cuando entró se encontró con la bella escena de su madre cantándole al bebé.

—Mamá, necesito tu ayuda —menciona Jimin. La mujer lo miró atenta y asintió, esperando que continuara—. Jungkook acaba de entrar en celo, y él quería irse a un hotel para mejor comodidad para los bebés, y para mí. Lo cierto es que sabemos que eso es un peligro, así que prefiero quedarme aquí con él. Le ayudaré con el celo. Pero necesito que cuides de los cachorros por mí... ¿podrías hacerlo? —la miró apenado.

Si bien le había dicho a Jungkook que él se iría con los niños, solo fue para distraerlo. Sabía que si le decía que le ayudaría con su rut, él no lo permitía. Así que era más fácil seguirle la corriente, y luego planearlo con su madre, aunque no tenía mucho tiempo, puesto que ya el castaño había entrado a la ducha.

—Por supuesto que sí, mi niño, tienes todo mi apoyo —sonríe su madre—. Me encantaría pasar con mis nietecitos todo un día, y me encanta que te preocupes por tu alfa así como te enseñé.

—El rut de Jungkook dura menos de un día, quizá unas veinte horas si lo comparamos como la última vez —piensa—. De todas maneras yo te llamaré cuando termine. Por el momento te ayudaré a empacar lo necesario.

—No te olvides de la leche —menciona—. Ellos aún están muy pequeños para beber leche suplementaria, necesitas llenar al menos cuatro biberones con tu leche, recuerda que ellos pasan durmiendo casi todo el día, no será necesaria tanta.

Jimin asiente, y mientras su madre se va a empacar lo necesario para los bebés, él se encarga de lo demás. Solo esperaba que Jungkook no se molestara tanto, y lo entienda. Después de todo, también era bueno para él.

✧✦✧

Minutos habían pasado después de que Jungkook entró a tomar una ducha, el castaño solía tomar baños largos cuando su celo lo alcanzaba para relajarse y no sentirse tan presionado. Pero ahora se le estaba haciendo más pesado controlar su alfa interior, tenía el aroma de Jimin pegado en la nariz, y por más que se masturbara y llegara al orgasmo, no conseguía alivio, haciendo que su lobo interior gruñera en frustración y le pidiera ir por su omega.

Pero... probablemente ya este se había ido con su madre, y estaba bien, no pensaba ir a buscarlo aunque se le estuviese complicando más de lo que esperaba.

Jungkook salió de la ducha con su cuerpo completamente empapado, y sus cabellos destilando agua. Se miró al espejo de pies a cabeza desnudo y no evitó posar su mirada en su erección hinchada y roja, esta le palpitaba constantemente como si estuviese buscando alivio, pero cuando su mano la envolvía, su lobo gruñía molesto, porque sabía que ese no era el tipo de alivio que buscaba. Él buscaba y necesitaba la carne caliente del omega donde pudiera hundirse y llenarlo por completo con su semilla, hasta que estuviera gritando y arañando su espalda, sus brazos, todo su cuerpo por la excitación.

Un poco enojado consigo mismo, salió del baño solamente con una toalla para secar su cabello, dirigiéndose a la habitación donde un aroma bastante conocido lo esperaba.

Y se esperó de todo, menos ver al azabache sentado a la orilla de la cama, con una expresión tímida mientras cruzaba sus piernas desnudas y se dejaba ver solamente con una camiseta larga abierta que descubría su pecho.

—Al fin llegas, cariño...

Jungkook abrió sus ojos con sorpresa.

Definitivamente era un sueño, tenía que estar delirando porque no había manera de verlo ahí, sentado en su cama completamente dispuesto y abierto para él.

—¿J-Jimin? —pregunta aún confundido.

Este no dice nada, pero solo atina a morderse el labio inferior al verlo en ese estado. Jungkook estaba desnudo enfrente suyo, con su polla palpitante y dura al aire libre, gotas de agua aún caían por su cabello y parte de su abdomen.

—Le pedí a mamá que se hiciera cargo de los cachorros —comienza—. No quiero que sufras en tu celo, ya he pasado por eso y no es muy bonito que digamos. Déjame ayudarte...

—Pero... ¿estás seguro de esto? Los bebés podrían necesitarte —menciona, acercándose lentamente.

Lo cierto es que... el aroma de Jimin ya inundaba toda la habitación, y por consecuente su libido comenzaba a crecer por cada paso que daba, sintiendo su duro pene clamar por alivio.

—Estoy seguro, ellos estarán bien... mi omega me lo dice, confío en mi madre...

—Entonces... ¿No es un sueño? —vuelve a preguntar para estar más seguro, sus manos picaban por enterrarse en esa piel caliente.

—¿Por qué no le echas un vistazo?

Jimin sonríe coqueto y abre sus piernas de par en par descaradamente, dejando ver casi tímidamente su erección en medio de sus piernas, y su pequeño agujerito que se contraía, revelando un hilo de lubricante natural que corría por medio de sus muslos.

Las feromonas de Jeon era fuertes y adictivas, tanto que su omega apenas se dio cuenta de su estado, quería correr hacia él, y montársele encima. Ahora podía hacerlo, ya no había nadie en el departamento, y su madre estaba cuidando de sus bebés.

Jungkook por otro lado, suspiró pesadamente aquel aroma tan exquisito que desprendía su omega. Finalmente estaba pasando, lo tenía ahí con él en la misma habitación, esperando que lo hiciera suyo. Así que apresuradamente sin titubear, terminó de dar zancadas hasta llegar a su lado y empujarlo sobre la cama, inmediatamente lo toma de las caderas, haciéndolo que enrolle sus piernas alrededor de su cintura mientras corta la distancia con un profundo y delicioso beso que es aceptado.

Jimin gime entre el beso, enrollando sus piernas alrededor de la cintura de su alfa y abrazándolo por el cuello mientras el beso se vuelve más sonoro y sucio. Jungkook desliza su lengua lentamente entre el par de suaves labios, y él lo acepta gustosamente cuando comienza a moverla contra la contraria, jugando entre ellos. El corazón le late fuertemente cuando pone ambas manos en su trasero y lo lanza al aire, acomodándose entre sus piernas para alinearlo justo donde su hinchada polla necesitaba atención.

—Lo siento, cariño, no puedo evitarlo. Necesito follarte ahora —comenta sobre sus labios, y antes de que pudiese reaccionar, se empuja de una sola estocada, sacándole un grito de placer a Jimin, y haciéndolo temblar.

Sus paredes le dieron una cálida bienvenida mientras sostenían el miembro ajeno como tenazas, su omega gime satisfactoriamente, sintiéndose incluso orgulloso al escuchar el grave jadeo de su alfa. Jungkook está mejor, puede sentir como su pene se hincha aún más en el interior, y su pre-semen se desliza dentro de la carne caliente y apretada, juntándose con el lubricante del azabache. Este mantiene una mirada lujuriosa, mordiéndose el labio inferior y apretando inconscientemente el anillo de músculos alrededor de la polla que lo invadía, esperando que continúe.

Así pensaba hacerlo el castaño, jadeando al sentir esa deliciosa estrechez ordeñando su miembro. Sin embargo, hay algo que llama su atención, y es que la media camisa que Jimin llevaba puesta, se ha abierto casi por completo dejando a la vista ambos pezones que chorrean leche en un hilillo, excitado lo suficiente para que esta saliera sin en más mínimo esfuerzo. La mirada de Jungkook se oscurece y destellos dorados surgen en el iris, casi percibiendo como su alfa toma control por completo sobre él.

—¿Qué pasa, Jimin? —susurra gravemente—. ¿Todavía me consideras un bebé alfa para excitarte de esta manera tan sucia? Mira tus pezones tan húmedos...

Sin evitarlo, se pone a la altura del pecho del omega y lame cuidadosamente del pezón mientras con la otra mano, aprieta el contrario. Como si fuese irreal, un chorro de leche sale a presión cuando los dedos ejercen fuerza en ellos, al tener dos bebés por su puesto que tendría mucho por dar, y el castaño no iba a desaprovechar esta vez. Su leche olía deliciosa, demasiada atrayente como para controlarse.

—J-Jungkook... espera... ngh —muerde sus labios, aguantándose las ganas de gritar cuando el alfa prensa con sus dedos uno de sus pezones con fuerza y estos expulsan la leche materna empapando su pecho.

Este lo mira seriamente, sin emitir una sola palabra, quizá su lobo interior había tomado control de él puesto que Jimin no está preparado para lo que hace a continuación.

Jungkook se acerca y se prende de su pecho, succionándolo con fuerza una vez que sus labios tocan la sensible rugosidad, sin dejar de estimular el contrario. Esta vez no puede evitar gritar por la sensación. Estaba el doble de sensible y ahora el alfa lo maneja a su antojo, casi como si le estuviese ordeñando los dos pechos a propósito y por puro morbo.

—¡Alfa! —no puede evitar retorcerse entre las sábanas cuando este comienza a mover su cadera suavemente, dando pequeñas embestidas sin dejar por un segundo la succión de lado.

El omega al inicio pensó que Jeon escupiría la leche por no ser de su agrado, después de todo esta tendía a ser ligeramente dulce y con un sabor insípido. Pero jamás creyó que realmente la bebería; puede escucharlo tragar por cada succión, incluso dejando pequeñas marcas y chupones alrededor de la piel.

—Me perteneces. Eres mío y de nadie más —susurra en su oído, comenzando a embestirlo en serio, con rudeza y con todo lo que tiene.

Agarra la cintura de Jimin en el proceso y lo empuja sobre su polla, haciéndolo rebotar una y otra vez sobre su pelvis, mientras que este comienza a gemir fuertemente en cada penetración. Sus paredes constantemente aprietan y dejan ir al grueso pene que lo invade, sintiendo casi centímetro a centímetro cada vena alrededor de este, mientras su lubricante sale a chorros y recrea un sonido acuoso por toda la habitación.

Jimin gemía y gritaba enloquecido al percibir todas esas sensaciones multiorgasmicas en cada empuje, mientras lo penetraba con brío, sentía como cada vez su polla se volvía mas gruesa en su interior, Jungkook chupaba uno de sus pechos con fuerza y succionaba toda su leche, por cada embestida que daba un chorro salía disparado de su pezón contrario, estaba completamente lleno y estimulado lo suficientemente como para ser capaz de liberar el chorro a presión.

—Ngh... ¡sí...! más... ahh... —suplica, mirándolo directamente a los ojos con un deseo delirante.

Jungkook sonrió de lado peligrosamente sin mostrar sus dientes, y sin decir media palabra, da una última succión y lo alza de la cadera, agarrando ambas piernas, y dejándolas colgadas de sus hombros. El alfa lo empotra contra la cama salvajemente y Jimin grita, sosteniéndose de sus brazos mientras los araña. Su próstata es finalmente alcanzada ante los empujes, y por segundos sus ojos se ponen en blanco ante el exquisito placer del pecado. Jeon deja su trasero al aire para mejor movilidad de ambos, embistiéndolo con fuerza y tocando ese punto dulce que lo tiene llorando de placer y con un hilo de baba que se escapa por su boca.

El castaño lo agarra del mentón y sin decir nada lo besa, el mayor acepta el beso porque piensa que no hay intenciones ocultas, sin embargo, abre sus ojos sorprendido durante el beso cuando se da cuenta que Jungkook ha mantenido un poco de leche en su boca y ahora se la traspasa, probándose a si mismo. No puede apartarse, el azabache le da de beber su propia esencia, enrollando su lengua con la suya cuando termina y se separa.

—Sabes delicioso, Jimin-ssi, prueba lo delicioso que sabes —dice finalmente, limpiando la comisura de sus labios cuando un poco del líquido queda al inicio.

Jimin sin poder devolverlo traga su propia esencia, probándose a sí mismo. Su leche era un poco dulce, pero no evita toser un poco cuando termina de tragarla.

—Eres un pervertido —susurra avergonzado, este solo hace reír al alfa, quien ya ha empujado la parte posterior de las piernas del omega hasta su pecho, doblándolo en una posición que exponga su culo, y dejándolo ver conectado al castaño todavía.

—Así te encanta... —comenta—. Quiero que me mires follarte tu precioso trasero. Mírame tomar lo que me pertenece —Jeon lo agarra del mentón y le da una palmadita a su mejilla, mirándolo perdido completamente en el placer.

La vista era completamente erotica, todavía siguen conectados, y Jimin puede ver como su agujero aún empapado de lubricante está abierto a la circunferencia de la gorda polla de Jungkook, quien sigue un ritmo desordenado e intenso, enterrándose lo más profundo que podía. Entre todas esas sensaciones placenteras, el azabache no evita comenzar a llorar de placer, mientras trata de apretarlo fuertemente, no quería que lo dejara nunca, quería tenerlo enterrado en él por siempre, no quería que se fuera de su lado.

—Márcame... Jungkook por favor márcame —suplica Jimin, mirándolo lloroso—. Hazme tuyo.

Eso definitivamente había caído como una bomba en el orgullo del alfa, no para mal, sino para bien, al contrario, ahora su omega pedía que lo reclamara. Después de tanto tiempo de negarle la marca, finalmente estaba pasando.

Por alguna razón, esto lo excitó más de lo que esperaba, tanto que sus colmillos salieron relucientes, y su lobo gruñó con satisfacción. Jungkook para con sus embestidas de repente y se sale, dejando al omega en la cama lloroso y frustrado, ya que sentía como su orgasmo comenzaba a formarse.

—No... alfa, que haces- ¡ah!

Sin dejarlo reclamar, Jungkook lo agarra de las caderas, y lo voltea, dejándolo de espaldas. Con una fuerza que no sabía de dónde había salido, lo sostiene de las piernas para dejarlo en cuatro, dejando su trasero levantado al aire mientras Jimin arqueaba su espalda en un precioso arco. Y así como lo había dejado por segundos vacío, lo volvió a llenar pronto, y lo alimentó con su polla, dejándole ir con todo su peso.

El omega lloriquea entre las sábanas, y no evita apretarlas con fuerza entre sus manos, estaba tan excitado que su polla comenzaba a gotear con dolor, y de sus pezones salían chorros de leche por montón por cada embestida salvaje que recibía.

—Kook... Jungkook... por favor —jadea, balaceándose entre las sábanas—. La marca... muérdeme. ¡Estoy listo!

Jungkook baja la velocidad de sus penetraciones.

—Dime a quien le perteneces.

—¡A ti! Solo a ti —gime, sintiendo como el rayo de placer golpea nuevamente su interior y lo hace retorcerse entre las sábanas, sus ojos rodando a la parte posterior.

—No te escucho... —esta vez lo toma por el pelo con fuerza, haciéndolo gritar.

—¡Soy tuyo, soy tuyo! —confirma por segunda vez.

Por alguna razón, no le sorprendía su actitud posesiva. Al contrario, le comenzaba a encantar y hacerlo sentir más caliente de lo que ya estaba. Jungkook suelta un jadeo grave y se acerca especialmente a su oído para soltar el aire caliente acumulado y susurrarle con una voz profunda.

—No vas a acercarte a ningún alfa nunca más, no dejaré que alguno de ellos vuelva a tocarte —avisa—. Me pertenecerás para siempre —dicho esto, como si hubiese sido una señal, Jimin descubre su cuello sintiéndose listo, y los colmillos de su alfa relucen con intensidad.

El azabache grita entre el dolor y el placer cuando finalmente el alfa hinca los dientes en su glándula, y lo muerde con fuerza. Los colmillos se entierran en la carne húmeda por el sudor, y la marca está hecha. Fue tanto el placer y la satisfacción entre ambos al hacer y recibir la marca, que se corren inesperadamente. Jimin pinta las sábanas de blanco con chorros de semen que salen de su polla casi con alivio, mientras el nudo del alfa se ensancha en el interior, y este recibe cada gota de su semilla profundamente.

Los dos respiran pesadamente y esperan que el nudo se desinflame, pero desde ya Jungkook ha separado sus colmillos de la carne lastimada, y casi sintiéndose culpable lame la mordida recién hecha, era una manera de tratar de calmar el dolor y curarla más rápido. Aunque ambos sabían que la marca podía durar hasta un mes en curarse y cerrarse por completo, dejando solo la cicatriz.

El alfa fue el primero en hablar.

—Oficialmente eres mío —susurra.

El omega suelta una risita, y desvía su mirada para encontrarse con el rostro del alfa escondido entre su cuello, mirándolo ligeramente culpable pero satisfecho.

—Siempre he sido tuyo, bebé.

—Sí, pero ahora lo puedo presumir —frunce el ceño, haciéndolo reír—. Yo... me siento feliz, Jimin... gracias por aceptarme en tu vida.

—Gracias a ti por amarme como soy —se voltea cuando ambos sienten que el nudo se ha deshecho por completo y finalmente pueden separarse. Caen rendidos sobre la cama, y se miran a los ojos—. Los cachorros no están, y aún faltan veinte horas para que tu celo se vaya...

Jungkook sonríe, mirándolo coquetamente.

—Pensé que no lo dirías...

Jimin suelta una carcajada, depositándole un beso.

—Tenemos que aprovechar ahora que no están, porque déjame decirte que pasará muchísimo tiempo para que podamos estar así de tranquilos.

Su alfa asiente, y pronto lo besa nuevamente. Quizá una segunda ronda no era mal después de todo, su rut no había terminado, y sinceramente no estaba saciado del todo. Aunque... su corazón ya lo estaba, finalmente tenía a su omega marcado después de tanto tiempo.

✧✦✧

1 año después.

Jimin ya había retomado sus labores como doctor, y trabajaba felizmente en el hospital como de costumbre. Las cosas habían cambiado un poco allí, aunque seguía todavía con su grupo de amigos, así que por ese lado todo estaba bien.

Sus cachorros se encontraban en terapia de natación porque eso ayudaba a estimularlos mientras Jungkook se encargaba de ellos. Ambos seguían ejerciendo sus profesiones, pero a veces se turnaban para pasar el día y cuidar de sus niños.

Y como curiosidad, precisamente hoy era el cumpleaños de ambos, así que debía llegar temprano a casa.

—Creo que eso sería todo, te dejo a cargo, Chanyeol —Jimin se levantó de su escritorio y fue por unos expedientes a la estantería para tendérselos.

—Yo me encargo, Minnie —asiente con una sonrisa—. Tú tranquilo, ve con tus cachorros y con Jungkook. Pero a cambio de cubrirte este turno, me debes un pastel de chocolate de los que preparas — señaló acusatorio, y el azabache rió.

—¿Todo un pastel? ¿Qué harás con tanto? —continúa riendo, sentándose de nuevo en la silla.

—Quiero que Karina lo pruebe —susurra con timidez, sintiéndose expuesto, aunque esto no importaba porque Jimin ya sabía de ella, y más bien se sentía feliz por Chanyeol.

Karina era una tierna y dulce omega que Chanyeol conoció en una cafetería, siempre que él llegaba le ofrecía algún tipo de café, postre, o dulce sin cobrárselo. Al inicio no le prestó tanta atención, pero luego de unas salidas, se dio cuenta que era la omega perfecta para él. Era dulce, atenta, y lo amaba.

Ahora ambos estaban comprometidos, y pensaban formar una familia con el tiempo. Ella era de gen recesivo así como Chan, y aunque no era un problema, necesitaba llevar un tratamiento especial para hacer posible el embarazo sin complicaciones, un tratamiento que él mismo estaba pagando por supuesto.

—Oww, por supuesto que sí. Todo el pastel que quieras —asiente Jimin—. Yo seré el que les haga el pastel de bodas, ¿de acuerdo? —y Chanyeol asintió feliz.

Justo en ese momento llaman a la puerta, y Jimin da el pase desde adentro. El otro doctor se adentra con una sonrisa, y el azabache lo recibe amablemente.

—¿Ya terminaste turno, Minhyun? —pregunta con suavidad. Este asiente.

—Pero antes de irme, te traje esto —de su mano, deja a la vista una bolsa de suspiros, y Jimin sonríe al notar sus intensiones—. No me mires así, es la costumbre.

—¿Ah sí? Porque no creo que a tu omega le guste saber que su alfa aún entrega suspiros a su viejo amor por costumbre —ríe, aún así los acepta.

—Aunque no lo creas, Sangwoo no es celoso — sonríe—. En fin, me voy, ya mi turno terminó y quedé en ir a cenar con él. Los veo luego —ambos se despiden y dejan la puerta abierta. Chanyeol mira por donde se ha ido Minhyun y suelta una risa.

—Ha pasado un año desde la pelea de Jungkook y Minhyun. Es increíble... y según Minhyun aún te iba a conquistar.

—Ugh, ni me lo recuerdes —Jimin niega—. Según él todavía tenía esperanzas de conquistarme, aunque esas ideas se le fueron de la mente a penas conoció a su destinado. Gracias a Dios.

Cabe mencionar que Minhyun siguió detrás de Jimin incluso después de la marca, aunque no tanto como antes, puesto que ya había aceptado su derrota. Antes de eso, le costó una pelea a puños con Jungkook, que en realidad los dos salieron empates, y el rechazo directo de Jimin... otra vez.

Aún así, seguía siendo amable y decía que en algún momento si tenía problemas con Jeon, el aún estaría disponible, cosa que enfureció al castaño, pero divirtió al doctor. Y contra todo pronóstico, después de dos meses conoció inesperadamente a su destinado, justo cuando su padre hizo una reunión familiar con un amigo de su empresa.

—Bueno, al menos no fue tanto como tu pelea con Yoongi —ríe Chanyeol.

—¡A ese ni lo menciones! —frunce el ceño, haciéndolo reír.

Ambos estaban tranquilamente riendo y sacando viejos recuerdos cuando una enfermera entró casi corriendo a su consultorio, dedicándole una mirada preocupada. Era Lia.

—¡Doctor Park! Sala de urgencias, ahora.

Jimin se levantó de su silla y miró a Chanyeol con preocupación. Inmediatamente salió corriendo junto a él y con la enfermera hacia el piso correspondiente.

Los tres entraron a la sala donde se preparaban para una cirugía, y algo que extrañó a Jimin fue que la sala estaba completamente a oscuras. Aunque no le tomó mucha importancia y encendió la luz, volteándose de inmediato para buscar su protector médico.

—Información del paciente —exigió Park, lavándose las manos y colocándose los guantes para entrar al área de cirugía.

Lia miró hacia adentro de la sala, y trató de guardar esa risa que amenazó con salir. Admitía que a veces Jimin era un poco despistado. Aún así aclaró su garganta, y trató de sonar lo más neutral.

—Hombre joven con impacto de bala en el tórax, costillas rotas, y cortaduras en sus brazos. No tiene enfermedades crónicas, tampoco es alérgico a ningún medicamento. Podemos continuar con la cirugía.

Eso... había sonado como un deja vú.

Tanto que Jimin no evitó quedarse quieto y en silencio por segundos, mirándola confuso. Pero esta seguía completamente seria.

Suponía... que debía ser una coincidencia. Ya había escuchado ese informe antes, aunque no esperaba que fuese tan igual.

—¿Nombre?

Y es aquí donde ella sonríe.

—Jeon Jungkook, veintitrés años. Teniente y líder del grupo c treinta y uno de la policía del norte. El capitán espera un informe de su estado.

Esta vez no evitó su estado de shock y se detuvo de lavarse las manos.

Y antes de que Jimin pudiese decir algo, desvía su mirada hacia la habitación, solo para encontrarse con unos ojos conocidos sonriéndole con dulzura, mientras le mostraba un anillo reluciente arrodillado en el suelo. Los ojos del azabache se abrieron en sorpresa y miró a su alrededor, Chanyeol, Lia y otras enfermeras lo veían emocionadas, mientras que él no entendía que estaba pasando.

—¿Qué está pasando aquí? —susurra, bajándose la mascarilla. Su voz comenzaba a quebrarse y sus ojos mostrar signos de lágrimas cuando comenzaba a entender poco a poco de que trataba—. ¿Jungkook...?

—Investigué un poco con ayuda de todos ellos, debo confesar —sonríe—. Pero... al parecer así nos conocimos, Jimin-ssi. Así comenzó nuestro destino sin siquiera saber que éramos destinados, solo ibas a tratar a un paciente más y aquí es donde me tienes un año y un poco más. Y así como empezó nuestra historia, así es como quiero terminarla, unido a ti en matrimonio... —susurra, sintiéndose avergonzado. Los ojos del omega se inundan en lágrimas cuando finalmente entiende que está pasando y lleva una mano a su pecho—. ¿Me permitirías ser el único hombre y verdadero amor en tu vida? ¿Quisieras casarte conmigo?

El azabache inmediatamente asiente con lágrimas en sus ojos y corre a su encuentro, arrodillándose junto a él y besándolo con ternura, ni siquiera lo había dejado terminar cuando ya estaba asintiendo desesperadamente. Los que presenciaron el encuentro y la pedida de mano aplaudieron con alegría y chiflaron, sintiéndose feliz por la nueva pareja.

—Sí, sí, ¡Sí! Mil veces me caso contigo —solloza.

Ambos se quedaron en el piso abrazados por un momento hasta que Jungkook se separa ligeramente para colocarle el anillo en el dedo anular, Jimin limpia sus lágrimas y sonríe al ver el anillo reluciente en su mano.

—Debo admitir que ha sido una propuesta muy original, eh —ríe—. Ahí lo tienes, Chan, tu propuesta debe ser mejor o igual a esta para Karina.

Ambos ríen y el moreno le saca la lengua juguetonamente.

—Por supuesto que será así —presume riendo.

—Nosotros nos vamos ya, no queremos interrumpir toda esta escena de amor...

Ellos comparten una última sonrisa, y Jimin se dirige a Jungkook esta vez, y besa su mejilla.

—¿Quién te dijo que había sido así? Es una propuesta que... me ha dejado congelado.

—Lo es, y si por mi fuera, ya mismo nos vamos a una iglesia —comenta el castaño, haciendo reír a los presentes, quienes comienzan a salir cuando Lia los llama para que salgan y dejen al par de tórtolos juntos. Y antes de que salgan, Jimin los detiene.

—Pero entonces... solo para confirmar... ¿No hay ningún paciente en peligro verdad? —ellos sonríen y niegan.

—A menos que Jungkook tenga un gemelo... no lo creo —Lia guiña un ojo y sale junto a Chanyeol.

Cuando ambos quedan en la sala solos de nuevo, se besan con ternura por un largo rato, sintiendo como sus lobos festejaban internamente. Había sido un largo camino con muchas emociones, pero finalmente darían un paso más importante en sus vidas.

—Nuestros bebés esperan en casa, los dejé con tu mamá. Ya tengo todo listo —se separa.

Jimin asiente y Jungkook lo jala hacia la salida, pero antes de salir, recuerda que tiene una noticia y sorpresa para darle. Quizá podía esperarse para dársela más tarde en el cumpleaños de sus cachorros, o bien podía hacerlo ahora. Aunque con solo pensar en su reacción se moría de ganas de hacerlo, casi inconscientemente tocando su vientre.

—Creo que no eres el único que tiene una noticia... —susurra, haciendo que su alfa se detenga y lo mire confundido. Jimin entonces suelta una risita y descubre su vientre, solo para dejar a la vista una pequeña pansita a penas ligeramente abultada—. Sorpresa...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro